domingo, 28 de septiembre de 2008

La calle del dolor.

Dos montañas divididas por una angosta calle, donde se escuchan las lágrimas de la tristeza. Muchos aseguran que al pasar por ese lugar la tempestad aparece de una forma inexplicable, creando una neblina donde sus ojos no pueden ver más allá de su corazón. Sintiendo que el dolor los envuelve y los encierra en un laberinto de llanto y desolación, donde muy pocos encuentran la salida, y muchos quedan atrapados en un círculo de desesperanza y desesperación.
Comienza desde lo más profundo de lo nunca encontrado y finaliza en un lugar sin respuesta. Todo su trayecto consta de pasiones quebrantadas y tiradas al olvido.
Aseguran que la calle es un lugar perfecto de amarguras y depresión, donde se escucha una voz que los llama diciéndoles “Ven y conocerás la vida sin un sentir” atrayendo a aquellos desdichados de un querer, perdiéndolos en su propio dolor y ahogando sus vidas con el frío candente y maldito de la soledad. Todavía no se ha encontrado una explicación que pueda dar una respuesta donde no existe pregunta. La calle del dolor, un simple camino que te lleva de la mano y te enseña la felicidad, ilusión y un par de sueños, quedando marcados para siempre en la vida y al abrir los ojos te das cuenta de que solo era amargura, desolación, tristeza y desanimo que quedaran fundidos en lo más profundo de tu corazón. Un simple camino donde es tan fácil ser olvidado, donde lo que sentiste atrás no sirvió para nada y tratar de arreglarlo es tan difícil porque todavía lo sientes y esa salida donde querías llegar se aleja cada vez mas y tu tratas de seguir pero ya nunca podrás alcanzarla hasta que ella decida que puedes llegar y lograr lo que tu querías. Pero siempre ese camino se hace más angosto y tan solo te queda recordar por donde empezaste porque nunca te diste cuenta que el final estaba frente a tus ojos y te alejaste de él para encontrarlo. Los que han podido sobrepasar la calle del dolor cuentan que detrás de ella los sueños se hacen realidad, que la felicidad es verdadera, la ilusión se convierte en amor y la soledad en un recuerdo. Según lo que dicen: el secreto para atravesar la calle del dolor es nunca tratar de pasarla sin ser acompañado, porque el que va contigo te detiene cuando intentas olvidar lo que traías adentro, cuando tratas de dejar atrás todo queriendo empezar algo nuevo, cuando intentas no sentir lo que antes sentías, cuando te olvidas de lo que alguna vez fue importante en tu vida, aquello que una vez dijiste que nunca dejarías y en cualquier momento lo estás haciendo, aquello que ya no quieres sentir simplemente porque la distancia está marcada en tu vida. Pero el que te acompaña intenta que recuperes todo lo que tú decidiste tirar en la calle del dolor pero tú no se lo permites, tú lo tomas y lo vuelves a tirar porque en realidad no te importa. Tal vez el problema es que el que te acompaña es tu corazón y tú no quieres escucharlo, lo escuchas pero ignoras lo que él te dice, no quieres darte cuenta que detrás de la calle del dolor habrá alguien esperando eternamente que llegues donde tú nunca querrás llegar. “Ludwin J. Morales C.”

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